BCE sorprende al reactivar estímulos para hacer frente a la desaceleración en Europa
El crecimiento de la zona euro se enfrió a fines de 2018, en medio de las disputas comerciales globales y de la incertidumbre provocada por la salida del Reino Unido de la UE.
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Las disputas comerciales globales y la incertidumbre ocasionada por el Brexit llevaron a que la economía de la zona euro se expandiera tibiamente en el último trimestre de 2018, con un crecimiento de 0,2% respecto de los tres meses previos cuando se ubicó en 0,1%.
El avance estuvo impulsado por un mayor consumo de los hogares y del sector externo, según informó ayer la oficina de estadísticas, Eurostat.
La desaceleración obligó al Banco Central Europeo (BCE) a postergar su retiro del estímulo y a ofrecer un plan de apoyo a los bancos.
Tras su reunión de política monetaria, el presidente del ente emisor, Mario Draghi, informó que aplazó hasta el próximo año su primera alza de tasas de interés desde la crisis financiera global, manteniendo los tipos en mínimos históricos por más meses de lo anticipado previamente. También se dejará sin cambios la tasa de depósito en -0,4%.
Medidas sorpresivas
Draghi y el resto de las autoridades monetarias decidieron ofrecer a las entidades financieras de la región la primera ronda de préstamos de largo plazo desde 2016, que se iniciará en septiembre y culminará en marzo de 2021. Cada operación tendrá un vencimiento de dos años.
La decisión, sorpresiva para los mercados, se produce sólo tres meses después de que el BCE suspendiera su programa de compra de bonos -de 2,6 billones (millones de millones) de euros, que mantenía desde la crisis-, y señalara que podría empezar a subir las tasas este año.
La nueva operación de refinanciamiento de largo plazo dirigida apunta en parte ayudar a los bancos a recapitalizar más de 720 mil millones de euros en créditos existentes del BCE y evitar una contracción del préstamo.
El conjunto de medidas fue más allá de lo que la mayoría de los inversionistas esperaban y reveló la preocupación del banco central por la forma en que el crecimiento en la eurozona se ha reducido.
Draghi dijo ayer que la economía estaba “en un período de continua debilidad e incertidumbre generalizada”. Por ello, el banco central revisó “sustancialmente” a la baja la proyección de crecimiento para el bloque en 2019, respecto de lo esperado en diciembre.
La entidad dijo que el crecimiento del PIB para el año en curso ahora se estima en 1,1%, frente al 1,7% esperado hace tres meses. Para 2020, lo redujo de 1,7% a 1,6%, mientras que para 2021 lo dejó igual, en 1,5%.
“En este punto, esto es lo más lejos que irá el BCE para admitir que la economía europea se enfrentará a más tiempos difíciles en los próximos meses”, dijo Paul Diggle, economista senior de Aberdeen Standard Investments.
Aún así, analistas consideran que el BCE espera que la desaceleración sea temporal, señalando un fuerte mercado laboral, un ligero aumento en el gasto gubernamental y una serie de factores puntuales que afectaron a la industria alemana el año pasado como signos de que los datos económicos podrían mejorar pronto.
Lento crecimiento
Según Eurostat, el PIB subió 0,2% en la eurozona y 0,3% en el conjunto de la Unión Europea (UE) en el cuarto trimestre de 2018, frente a los tres meses previos. En comparación con el mismo trimestre de 2017, el dato fue de 1,1% en los países de la moneda única y del 1,4% en los Veintiocho.
Por Estados miembros, los países que registraron mayor expansión, frente al período julio-septiembre, fueron Estonia (2,2%), Lituania (1,3%), y Letonia y Suecia (ambos 1,2%). Al otro lado de la moneda se ubicaron Grecia e Italia (que se contrajeron 0,1%), mientras que Alemania se mantuvo sin cambios.